Crónica El Guardián de las Estrellas

Cuando Sara me contó que le habían concedido una beca para poder desarrollar un proyecto creativo de teatro-danza, me alegré muchísimo. Es una iniciativa que espero que muchos municipios imiten, pues nos enriquece a todos: Por un lado, da publicidad al lugar y fomenta el turismo, ya que por ejemplo en mi caso, no había oído hablar de Casar de Cáceres, ni hubiera ido allí a visitar el pueblo sin más.

Y por otro lado, me parece maravilloso que se den oportunidades a las personas que tienen un buen arsenal de ideas en la cabeza y que van creando y desarrollando proyectos de calidad artística y cultural. Tardé unas tres horas hasta llegar al acogedor pueblo donde se encuentra La Nave Del Duende. Antes de ver El Guardián de las Estrellas pude dar una vuelta, y hacer unas cuantas fotos de la Casa de los Pinotes, el arroyo de Villaluengo, la Ermita de Santiago, o la laguna del Casar.

La nave del Duende

A las 21:30h ya estaba el público deseando ver la obra: Varias familias con niños pequeños, y algunos adultos ocuparon la grada de La Nave del Duende.
Se apagaron la luces, y en el escenario, flotando mágicamente, se veían lucecitas de colores, como un cielo nocturno. La primera melodía tiene algo. Tiene algo que extrañamente se me ha quedado dentro, y que hizo que me sintiera como una niña por unos momentos. Bueno, siendo sincera, más que sentirme como una niña, he de reconocer que me hizo AÑORAR el ser una niña, y poder dedicar mi tiempo a pensar en poco más que en estrellitas y nubes de algodón. Y así comienza la historia, contando otra historia. Entre la atmósfera de la obra y los comentarios en voz alta y risas de los niños presentes en la sala, podía parecer que se trataba de una pieza infantil, pero a medida que se desarrolla la historia, el espectador va descubriendo que quizá no es así.

La estrellita, ayudada por el villano, se encarga de "despertar" al guardián. Porque quizá el guardián, como nos pasa a muchos, había olvidado que de vez en cuando es bueno y necesario dedicar el tiempo a pensar tan solo en estrellitas y nubes de algodón.
Aunque El Guardián de las Estrellas no es una obra para niños, los más pequeños pudieron disfrutar de una puesta en escena con ambiente mágico, y de varios momentos cómicos que incluye. A la interpretación se suma una cuidadísima coreografía.
A pesar de haber disfrutado de una versión aún no definitiva, la danza que ví esa noche me mereció la pena el viaje. El esfuerzo de tan solo 4 días dio un buen fruto.
La compenetración de los 3 protagonistas me parece muy buena, y transmiten mucha fuerza a la vez que sensibilidad.
 Reconozco que necesité pensar un poco, y algo de ayuda para terminar de entender la obra ;) Pero estoy segura de que cuando vea la versión definitiva, tras haber sido testigo de la primera presentación, en el entorno principal donde tomó forma, seré capaz de disfrutarla más.
Me pregunto si podré aguantar hasta volver a escuchar esa melodía que me invite a pensar en poco más que en las estrellitas y nubes de algodón, aunque la dura vida adulta me espere a la salida del teatro.

Silvia

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